Un poco atrevido o provocador, este chiste. Sin embargo, resume el espíritu de la clientela adinerada de la época en la presentación del nuevo buque insignia del fabricante de Sochaux.
1968, nacimiento del Peugeot 504
Inicialmente prevista para la primavera, la presentación del Peugeot 504 se aplazó varios meses. De hecho, en mayo del 68, diversos movimientos sociales y una inesperada lluvia de adoquines retrasaron su nacimiento. Así pues, fue en otoño, en el (entonces) Salón del Automóvil de París, donde la nueva leona dio sus primeros pasos.
Fruto de la colaboración entre italianos (Pininfarina) y franceses (Paul Bouvot, director de estilo de Peugeot en aquella época), su diseño fue muy acertado. De hecho, el recién llegado combina con gracia el vanguardismo y el clasicismo con buen gusto, aclara el concesionario de coches de ocasión Granada Crestanevada.
EL EXTERIOR
Aunque la clientela tradicional del fabricante para este tipo de coches familiares sigue siendo muy conservadora técnicamente y se decanta por la discreción, Peugeot se atreve a mover las líneas para su nueva llegada. Es clásico sin llegar a ser conformista. Así, a ambos lados de la parrilla del radiador y bajo el capó en picado, los faros trapezoidales aparecen con gran efecto. En la parte trasera, una original ruptura de la línea del maletero asegura definitivamente su éxito gracias a un perfil desconocido hasta ahora en la categoría.
EL INTERIOR
El 504 se beneficia de un interior amplio, luminoso y espacioso. Sus asientos están bien diseñados y son cómodos. Los asientos están bien diseñados y son cómodos, con reposacabezas integrados en la parte delantera. El salpicadero es de plástico grueso y está recubierto de aluminio cepillado. El volante y los mandos tienen clase. Todo contribuye al placer del conductor y sus pasajeros.
LA MECÁNICA
En este punto, seguimos siendo tradicionales. Mientras que su hermana pequeña, la 204, innova al combinar la tracción delantera con un moderno motor de aleación, nuestro 504 sigue siendo un coche de tracción trasera impulsado por un buen bloque de hierro fundido. Se volvió a utilizar el clásico motor de 1,8 litros con carburador o inyección del 404. (En 1972 se le sumó una versión TI de 2,0 litros). El confort y el agarre a la carretera son buenos gracias a dos innovaciones: suspensiones delanteras y traseras independientes y 4 frenos de disco.
EL RESULTADO
El éxito es inmediato y generará diversas variantes (station wagons, coupés, descapotables y furgonetas), así como un gran número de descendientes. Su carrera terminó en 2005 cuando se cerraron las líneas de producción en África después de haber vendido (casi) 4 millones de 504. Tantos que en muchas familias muchos recuerdos de la infancia quedan para siempre ligados a este «viejo» Peugeot.