Triumph Speed Triple 1050

Desde la aparición de la Street Triple hace quince años, hemos notado que su hermana mayor, la Speed Triple, ha quedado relegada por el éxito de la primera. Pero Triumph no quiso dormirse en los laureles y decidió rediseñar su gran roadster en 2011.

La Speed recibió un aspecto completamente nuevo. Atrás quedan los faros redondos, sustituidos por una mirada más hundida y unas líneas algo más agresivas. Pero que no se asusten los puristas, las características y el carisma de la versión anterior siguen presentes. Hay que decir que el éxito de Triumph se ha basado en gran medida en la Speed Triple desde su lanzamiento en 1994, pero no fue hasta 1997, tras una actualización, cuando la historia de éxito explotó. Pero a pesar de su auge, el progreso de esta máquina se detuvo después de que el motor de 955cc fuera sustituido por el motor tricilíndrico de 1050cc en 2005.

Con un precio inferior a 11500 euros, esta nueva versión es aún más deportiva con una parte ciclo que se adapta perfectamente a este nuevo carácter. Así que teníamos que echar un vistazo a esta versión en el concesionario de motos de ocasión Crestanevada.

El nuevo modelo da un paso adelante con su diseño. Es una apuesta arriesgada cambiar un modelo que ha tenido tanto éxito durante 13 años. El doble faro redondo que se había convertido en la firma de este modelo ha desaparecido en favor de dos faros de aspecto más afilado (es una pena que el cromo haya sido sustituido por plástico). Una decisión que, al parecer, no fue fácil de tomar según sus responsables (¿no le recuerda a cierta marca italiana con su Monster?). Además, cuando se sabe que los motoristas suelen ser puristas malhumorados que no aprecian los cambios en un modelo emblemático, se puede entender la resistencia de los creadores de esta nueva Speed.

Pero los cambios no se han detenido en los faros, sino que toda la máquina ha evolucionado. Realmente se distingue de sus hermanas mayores. Lo primero que choca es la desaparición del parabrisas (opcional) que deja la parte trasera de los mostradores «de plástico». Además, no sólo era armonioso con la línea, sino también útil contra el viento, lo que no suele ocurrir con este tipo de elementos, que suelen carecer de una u otra cosa. Por otro lado, el enorme bastidor con su chasis tubular dividido y su basculante único sigue ahí, aunque la parte ciclo sea completamente nueva. Una parte trasera muy corta, los dos silenciadores bajo el asiento y el efecto de que el depósito esté suspendido también contribuyen a mantener el carisma de la Speed. También recibe un neumático trasero más ancho con un 190/55 (Metzeler K3 Interact) frente a los 180/60 de la versión anterior. Nos ha gustado el cuidado de los acabados, no se ha olvidado nada. Bueno, casi, sólo algunos cables visibles a nivel del motor, no tan grandes.

A bordo, hay nuevos medidores mixtos analógicos/digitales. Al principio temíamos que Triumph se dejara llevar por la ley de las series poniendo la de su Street Triple que es particularmente ilegible y sin indicador de combustible. Por el contrario, éste cuenta con lo mínimo exigible e incluso más: consumo instantáneo de combustible, consumo medio de combustible, velocidad, recorrido, indicador de servicio… Y para completar el paquete, anotamos la instalación de una llave codificada y un sistema un poco tedioso para quitar el asiento. Debajo del asiento se puede poner una U o un impermeable.