Has ido a clase. Has prestado atención. Y tienes unos apuntes de clase geniales para demostrarlo. Entonces llegan los exámenes. ¿Cómo vas a estudiar?
Si tu plan es leer los apuntes de las clases hasta que se te ponga la cara azul, no te molestes. Hay una forma mejor. Se trata de un compromiso más activo con dichos apuntes para un periodo de estudio más eficiente (y agradable). Esta es una guía para ayudarte a utilizar el impresionante material que ya has preparado; si necesitas un repaso sobre cómo crear apuntes de clase útiles y alabados sea, dale una oportunidad a esta guía. Una vez que lo hayas hecho, estarás totalmente equipado para ganar en el estudio.
Si no tienes tiempo para seguir cada uno de los pasos que se indican a continuación porque has pasado demasiado tiempo «repasando otras asignaturas» (te estoy mirando a ti, Netflix), haz lo que puedas. Esta no es una guía de todo o nada, pero mientras más de estos completes, mejor.
- Recrea tus apuntes de clase
Si tienes una caligrafía de gallina y tus apuntes están súper desorganizados, es el momento de rehacerlos. Escribe con pulcritud, filtra la información innecesaria, organiza la información y desglosa los conceptos en forma de lista en la medida de lo posible para facilitar la memorización. Esto hace dos cosas por ti: 1) tendrás material más agradable para trabajar y 2) toda esa escritura ayuda a tu cerebro a absorber activamente el contenido, señala academia Granada oposiciones Teba.
- Condensar los apuntes
Intenta que todo quepa en la menor cantidad de papel posible. Este hábito lo adquirí en el instituto gracias a un estudiante de último año muy inteligente que estudiaba en una sola hoja para sus exámenes de biología, y siempre sacaba buenas notas. Esto funciona porque a nuestros cerebros les resulta mucho más sencillo recordar imágenes, y una hoja con notas es exactamente eso. Cuantas menos imágenes tengas que memorizar, mejor te sabrás cada una.
- Repasa tus apuntes
Recordarás el contenido más fácilmente después de haberte tomado el tiempo de reescribirlo y organizarlo. La mitad del trabajo ya está hecho, así que este paso debería ser fácil.
- Llama a un compañero de clase
Repasad juntos los apuntes como si estuvierais cotilleando o haciendo planes para el fin de semana: engañaos pensando que estáis teniendo una conversación interesante. Haz bromas sobre los puntos aunque sean mínimamente graciosos, repite los datos con voces divertidas, relaciona la información con tu vida de las formas más extrañas e inventa acrónimos divertidos. Si consigues simular interés por lo que estás diciendo, recordarás mejor el material.
- Ayuda a un amigo
Cuando respondas a las preguntas de tus amigos sobre el tema, tú mismo afianzarás tu comprensión del mismo. Y cuando compartas o expliques tus apuntes con un amigo, estarás repasándolos productivamente una vez más.
Este proceso funciona porque es activo. Es más difícil quedarse dormido cuando se reescriben los apuntes que cuando se leen pasivamente. Además, experimentarás sensaciones de logro a lo largo del proceso, lo que te mantendrá comprometido con tus estudios. ¿El objetivo de todo esto? Para que tomes el control de tus apuntes y puedas dominar mejor la materia que estás estudiando a tiempo para tu examen. Ahora que ya tienes esta información, estás listo para dar un golpe en el examen. Sal ahí fuera y demuestra a tus profesores de qué estás hecho.
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